La Ley del Deporte

José “Maligno” Torres en los Juegos Olímpicos 2024: qué evaluaron los jueces para darle el oro

José “Maligno” Torres Gil y uno de los trucos con los que obtuvo la medalla de oro en el BMX freestyle
José “Maligno” Torres Gil y uno de los trucos con los que obtuvo la medalla de oro en el BMX freestyle

PARIS.- El oro olímpico de José “Maligno” Torres alumbró a la argentina, como tantas veces ocurre en esas disciplinas que marchan en el último vagón respecto de la popularidad, el alcance y la difusión. Y donde la disponibilidad de recursos es bastante discreta. En el cuerpo técnico albiceleste reconocen que el cordobés llegó a estos Juegos Olímpicos con “una bicicleta y media”. Es decir, una bici ajustada hasta la última tuerca y otra con algunos elementos desalineados. En cambio, los competidores de países como los Estados Unidos o Australia trajeron hasta tres bicicletas preparadas en forma idéntica, un calco una de otra. Todo un riesgo para el conjunto nacional, sobre todo por las caídas que se registran en los entrenamientos desde las alturas.

Maligno utilizó una bicicleta que cuesta unos 3000 dólares y que no requiere tanto mantenimiento a lo largo de los meses. El ciclista nacido en Santa Cruz de la Sierra no tiene conflictos con el apoyo estatal que le brinda el Enard, pero sobre todo porque cuenta con bastante respaldo privado, una inyección de dinero que proviene de marcas de energizantes y zapatillas que lo auspician.

BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX freestyle
BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX freestyle

Si algo tiene el BMX Freestyle es que apunta a un público adolescente y su marketing es vivaz y dinámico. Desde hace algunos años, gracias a sus buenos resultados, Torres entró en ese círculo virtuoso como una figura reconocida dentro de este mundillo. Por eso es que desde lo económico, ya tiene el camino bastante allanado rumbo a Los Angeles 2028; resta que siga esta misma línea de resultados para entreverarse con los otros mejores del mundo. Los próximos Juegos Olímpicos serán su gran objetivo, y gracias al espaldarazo que le dio este enorme logro, la inercia exitosa puede ser mucho mayor en cuanto a lo deportivo y el respaldo de sponsors.

El problema es el lugar de las prácticas. Cuando está en la Argentina se entrena en su ciudad, en las rampas del Polo Deportivo Mario Kempes que, además, llevan su nombre. Más allá del carácter emotivo de ese escenario, se trata de un parque abierto. Para contar con todas las garantías de una buena preparación, necesita un ámbito de trabajo en el que no lo afecten la lluvia, ni el viento ni el frío. Por eso es que, antes de los Juegos, Maligno viajó ocho días a Costa Rica, porque allí dispone de un parque con techo. “Ahora vamos a luchar para contar con un parque techado, con la idea de entrenarnos en mejores condiciones”, intenta entusiasmarse su entrenador, Maximiliano Benedía, aunque quizás no esté muy seguro de que se cumpla su pedido. Sobre todo si se juzga el estado deplorable en que quedó el Cenard, supuestamente la casa central del deporte argentino.

BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX freestyle
BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX

Con sus brackets a la vista al hablar, su llamativo apodo y aire desfachatado, quien se apresura podría pensar que se trata de un atleta sin mucho método o rigor. Más por el tipo de deporte que practica, asociado al ocio y al divertimento. Pero es todo lo contrario: su aplicación al trabajo y a los entrenamientos es total, en ese ir y venir del gimnasio a la bicicleta y viceversa. Y si llueve o no están dadas las condiciones para ensayar, considera que el día está perdido. Ya desde los 14 años, Benedía había detectado en él una particular habilidad a la hora de maniobrar sobre dos ruedas; evidentemente había allí un gran rider en potencia. Desde que Torres descubrió el BMX Freestyle y se entusiasmó, su rutina y el haber sabido rodearse de especialistas hicieron el resto.

Lo que le faltaba a Maligno era una actuación deportiva redonda, sin deslices ni tropiezos. Siempre padecía situaciones inesperadas que arruinaban su participación o lo dejaban retrasado. Por fin, justo en el momento de la verdad, dio una exhibición fantástica de principio a fin. “José ejecutó la estrategia en forma impecable. Guardó todos los trucos en la clasificación y salió tercero a buscar la medalla de oro. Le metió una presión descomunal al resto y acertó. Inteligencia, decisión, tranquilidad y mucha valentía: así se gana una medalla olímpica”, comentó Ricardo Río, que responde al Enard y que siguió muy de cerca la evolución de Torres desde que el atleta ganó en jerarquía internacional. El oro en los Panamericanos de Santiago 2023 había sido un gratificante aviso de lo que podía concretar aquí en París.

BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX freestyle
BMX, José “el maligno” Torres Gil ganó medalla de oro en BMX freestyle

¿Qué valoraron los jueces para otorgarle el oro? La diferencia estuvo en las transferencias: cuando se transfiere de una rampa a otra, un enlace que el resto de los competidores no se animó a ejecutar o no pudo hacer. Ese envión de una rampa a otra le sumó altura y dificultad, el equivalente a más cantidad de puntos. También marcó distancias en cuanto a los ingresos a la rampa. “Maligno es demasiado prolijo y, como obtuvo un puntaje tan alto, trabajó con la psicológica de los oponentes; él ya sabía que el resto debía salir a hacer la ronda y darlo todo para superar ese puntaje”, comenta su entrenador.

En esta disciplina, el puntaje de 94,82 que logró en la primera ronda es muy alto y difícil de superar. Normalmente, todas las competencias se definen con puntuaciones entre 93 y 94 unidades, pero no mucho más que eso. Sucedió que los otros riders empezaron a caerse, a no poder concretar su línea, y terminaron lejos en el score. Lo terminó beneficiando haber salido entre los primeros y que su primera ronda fuera tan exitosa. Condicionó con su score y además mostró su mismo nivel de siempre, aunque esta vez no tuvo que atravesar circunstancias inesperadas.

Cuando el cordobés cumplió el objetivo de avanzar a las finales, el cuerpo técnico entendió que el ingreso en el podio estaba para cualquiera, porque concluyeron que el nivel de los nueve corredores era similar. Solo se necesitaba precisión, prolijidad, buena cabeza y que no jugara en contra ninguna circunstancia extra. Sabía su grupo de trabajo que el cordobés podía ganar; entonces decidieron que los mejores trucos se volcarían en la primera pasada. Toda la artillería en ese primer minuto. “Che, mirá que podemos ¿eh?”, se dijeron. Y ya en medio del desarrollo de la final, observaron que el inglés Kieran Reilly y el francés Anthony Jeanjean no lo podrían superar, más allá de los mayores aplausos y griterío de la gente.

Al fin y al cabo, solo valía el criterio de los jueces para evaluar la técnica y la dificultad de los trucos. En el particular mundo del freestyle se valoran la altura, la complejidad del truco, el ingreso a la rampa y cómo el competidor completa su minuto. Es decir: no se puede terminar a los 50 o 55 segundos, tiene que ser un minuto clavado y siempre arriba de la bicicleta. El análisis cuenta siempre con una dosis de subjetividad, pero en definitiva hay parámetros inmodificables. Maligno pudo haber arriesgado incluso algo más, pero corría el riesgo de caerse. No hacía falta. Su actuación fue sobresaliente, se llevó el oro y en estas horas sobrecumplió su sueño: se convirtió en un atleta olímpico y vuelve al país con una medalla dorada colgada al cuello.

Gastón Sainz para La Nación

Comentarios

Scroll al inicio