La Ley del Deporte

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TRIATLETA Y FUNCIONARIO GUILLERMO «EL GUILLO» VON ZELLEIM EN LA LEY DEL DEPORTE (14/5/20)

El invitado en La Ley del Deporte fue una de las más grandes promesas del triatlón concordiense. Cuando quien escribe vino a Concordia desde Hawái, estaba perdido «como turco en la neblina». Extrañaba el agua abierta. Entonces nadaba en una pileta. Al lado veía un flaco alto que pasaba «como en una moto». «El Pibe Turbina» con brazada extra larga, respiración de un solo lado… La Ley del Deporte se inscribió en las carreras, y veía como el muchacho llegaba con los atletas del plantel de competición de Natación. En los Acuatlones también, pero los nadadores pasaban la posta a un corredor, él en cambio seguía solo. En los triatlones lo mismo. Pero en pedestrismo se iba cayendo…

Era el máximo protagonista que teníamos en Concordia. Yo lo miraba «medio de reojo». A falta de surf en Hawái, triatlón en Concordia. Gran nadador, tremendo ciclista, flojo pedetrista. Si el pedestrismo hubiese estado a la altura de las otras disciplinas… hoy no estaría acá. De cualquier manera tenía las herramientas para pintarle la cara a los de Concordia… Le damos la bienvenida al último concordiense campeón entrerriano de triatlón «El Guillo» Vonzelleim:

«Como va Lobo. Muchas gracias por la invitación. Mi deporte de chiquito fue la natación. Ahí andaba bien, pero mejor en aguas abiertas. Nadaba en el plantel. Pero en pileta me ganaban porque tenían mejor técnica, mejor salida, mejor vuelta. Me mataban. Yo hacia la diferencia en el río, o en el lago. Era nadador, pero siempre quise hacer triatlón…»

«Cristian y Carlitos, mis tíos, me inculcaron hacer deportes. Me llevaban a todas las carreras. Me auspiciaban y me bancaban incondicionalmente para que haga actividad física. El Cristian me regaló una bicicleta y me mandó a entrenar a Victoria a lo de Víctor (Víctor Hugo Clivio el más grande triatleta entrerriano de todos los tiempos). Terminaba la escuela y, si no me llevaba ninguna materia, me iba dos meses a entrenar. Nadaba y pedaleaba con él, pero pedestrismo no porque el corría mucho más rápido. Y desde ahí salíamos para todas las carreras».

«En los entrenamientos no cumplía una rutina a raja tabla. Si había una carrera de natación iba y corría, si había una de ciclismo iba y corría, si había una de pedestrismo iba y corría. Cuando salí campeón entrerriano en el 2011 me entrenaba Maxi Loiacono. El se enteraba de que corría siempre y me retaba. Víctor Clivio también. Porque no podía. A mí me gustaba correr, competir. Me gustaba ir y andar lo más rápido posible. Esa era mi forma de entrenar…». 

«El pedestrismo era un poco un sufrimiento. No lo disfrutaba tanto como a la natación o al ciclismo. Y en los tría nacionales normalmente me bajaba adelante con un pelotón de la bici, y en los entrerrianos con Bruno Baldini porque no me la jugaba solo. Sabíamos que nos teníamos que bajar con cinco minutos de diferencia del resto como para poder mantener la punta. Porque había otros que corrían muy rápido a pie, y se nos venían con todo desde atrás…» 

«Corrí La Paz en Elite. Íbamos el viernes y nos volvíamos el domingo. Fines de semana a puro tría. En el 2011 salí campeón entrerriano. Estaba motivado. Fue mi mejor momento. Fui a correr a Brasil un Medio Iron Man y conseguí la clasificación al Mundial. Pero por razones laborales no pude viajar. Me decían que era muy chico, pero yo quería hacerlo igual. Llegué entre los veinte. Corrí varias veces en Concordia. Que son muy lindos… Siempre tenía como meta ser el mejor de Concordia, pero para eso había que hacer una buena diferencia en el agua y en la bici».

«En la secundaria siempre decía que iba a estudiar Educación Física. Pero empecé a andar bien en triatlón, había entrado en la selección argentina, corrí en Chile, Brasil, Puerto Rico y México… así que no pude empezar nunca. Se pasó ese tren… Hacíamos campamento en el Cenard todos los seleccionados juntos. Fue una experiencia hermosa. Estaban los olímpicos Taccone, Telechea, Farías… Bruno Baldini acá de Entre Ríos».

«Trabajaba en el negocio de mi mamá. Vendía y arreglaba las bicicletas, le hacía los services, y en ese momento a la pileta empezó a entrenar Enrique Cresto y nos ayudábamos en los entrenamientos. El volvía después de un tiempo. Me puse de novio con Luciana que era cuñada de él. Un día Enrique me dijo si no quería trabajar con él y le dije que sí. Y sigo junto a él como su secretario. Cada vez se hizo más difícil los entrenos, ya no era lo mismo porque tenés que trabajar casi todo el dia, cumplir con tus obligaciones, y no tenés horarios. Siempre priorice el trabajo. Entrenas cuando podes. Haces lo mejor que esta a tu alcance. Hoy soy más de correr que de entrenar…». 

«Volví este verano. En Gualeguaychu. Fuimos con mama, mi hermana, mi mujer y mi hijo Gero. Fue muy lindo. Emocionante. Mama me compro toda la indumentaria de lo contenta que estaba. Lo haría de nuevo. Pero tuve que viajar a Buenos Aires, dejar a mi familia y a mi hijo Gero que tiene 1 año y cuatro meses. Vamos a ver si lo hacemos triatleta. Cuando vuelvo ya quiero llegar a casa. Estar con mi mujer y mi hijo. Es difícil, pero lo tengo que hacer porque hay que trabajar. «El Gero» nos cambió cambio la vida». 

«Estamos trabajando bien en Obras Hídricas con Enrique. Es una gran experiencia. Primero cuatro años en el Senado, luego cuatro años en la Intendencia. Ahora esto es totalmente distinto y un lindo desafío. Pero cuando volvemos a Concordia no sé. Eso no lo decido yo. Con Enrique nos llevamos muy bien. El trabaja junto a Alfredo Francolini hace años. Se llevan muy bien. Enrique es como un hermano mayor para mí. Me enseña y me aconseja para bien».

«Tiempo para volver hay. Recién tengo 31. Mira «El Tote» Amengual y Alejandro Sambad. Están más vigentes que nunca. Ya vamos a retomar…».

LA LEY DEL DEPORTE (MATRIX 94.9)

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