Todo fanático de las pruebas combinadas tiene un sueño, graduarse de hombre de hierro y él lo hizo realidad, como pocos lo lograron. Porque debutó con un triunfo al completar los 226 kilómetros en 9 horas y 41 minutos en Concordia.
Hoy está de invitado para contar su historia un triatleta olvidado por los medios de comunicación. Es, para los que no lo saben aún, el mejor triatleta por escándalo de la ciudad de Concordia. Ayer no, mañana no sé. Hoy. Un talentosísimo deportista que tiene unas particularidades que lo hacen único. De la vieja escuela, que corre como «los de antes», ya una raza en extinción. Bienvenido Federico Álvarez a «La Ley del Deporte»:
«Que hacés Lobo, como va. Soy de Villa Zorraquin. Nací y me crie ahí. Mi vieja es peluquera y mi papá, quien falleció hace como dos años, trabajaba en empresas de parquizado. Tengo dos hermanos más grandes que también se dedican a la docencia como yo. Ahí me gusta porque es tranquilo. Jugábamos todo el día al futbol, al vóley. Íbamos a la canchita, así que todo el día al aire libre. Me gusta sentir el pasto, los árboles. El silencio que hay. Vivo en el medio de la naturaleza. Es muy lindo».
“Yo me dediqué a correr, que es una actividad que no te demanda demasiado tiempo y los progresos son palpables al corto plazo, en mi caso empecé trotando tres veces por semana y, a la temporada siguiente, ya competía en pruebas de atletismo de calle de diez kilómetros».
«En el Instituto de Educación Física aprendí a nadar desde cero. No tenía ni idea. Y bicicleta tampoco. Al haber empezado de grande le presto mucha atención a la técnica. Miro videos, carreras, etc. Y le pongo disciplina y mucha constancia».
«Al mismo tiempo que nadaba en un pileta donde me formé como guardavidas conociendo a mi primer entrenador, el profe Carlos Regner, quien me llevó al triatlón”,
«Arranque por Carlitos Regner (profesor y triatleta). Me entrenó el. Y después solo nomás. Manejo mi esquema corporal. Voy consciente de mi mecánica. Mantengo la cabeza positiva. Cuando el cuerpo está cansado la cabeza me ayuda para continuar. Pienso en ir para adelante. No aflojar. No me hago la cabeza en eso. No me maquino, sigo dándole…».
«No uso potenciómetros ni computadoras de las de ahora. Voy así nomás. Con este reloj y a sensaciones, percibiendo como vengo. Para eso tenés que conocerte a vos mismo. Yo ya sé más o menos. Pero no tengo los últimos relojes Garmin porque son muy caros. No tengo una posición económica para hacer esos gastos».
«Hice un excelente Medio Iron Man en Concordia con un tiempo de 4 horas y 8 minutos. Yo pensaba que podía llegar a hacer entre 4° 13′ y 4° 15′. Pero me sentí muy rápido en la bicicleta, que es lo que me cuesta un poco más. Y corriendo muy bien, es mi fuerte. Me cuesta menos. Me sale más natural. Pero veía que Nelson Rode (triatleta de Concepción del Uruguay), quien me descontó en la bici, se iba quedando un poquito en cada retome del pedestrismo, así que eso me iba dejando más tranquilo. Y fui ganando en confianza…».
«Soy olvidado, quizás, pero por como soy yo. Por ahí no soy de exponer mi vida. No me gusta andar en redes, ni círculos sociales, ni juntarme con mucha gente. Soy de estar en mi casa haciendo algo, con mi familia nomas. Sigo con mi mujer de toda la vida, con la que nos conocimos a los cuatro años en «La villa». Tenemos dos hijos: Brunela y Adriano. Estamos nosotros casi siempre tranqui en casa, o paseando con el mate si está lindo el día. Lo normal, nomás…».
«Hicimos la casa hace poco, estamos agrandando. Trato de darme maña con la albañilería, la pintura, la cocina. Cosas básicas. Hago de todo. No me gusta estar quieto. Si puedo lo hago yo. Sino, como último recurso y si se puede, se trae a alguien para que lo haga. Por eso, si hay meses en que no puedo entrenar, no me preocupo tanto. Me busco algo para hacer».
«Trabajo de piletero y doy clases de Natación en el club Salto Grande. Y también tengo algunas horas en la escuela de Villa Zorraquín. Que es a la que fui yo de chico. Diferente edificio nomás. Y después trato de estar y criar a mis hijos y entrenar. Ahí, haciendo esas cosas que me gustan siempre estamos».
«Voy a correr el Iron Man de Mar del Plata en diciembre del 2019 si Dios quiere. Había pagado el año pasado para competir allá, pero andaba corto de tiempo para entrenar y de efectivo. Ahora estoy con la expectativa de llegar al Mundial Iron Man de Hawaii 2020. Entregué mi bici y me tienen que traer una nueva, así que feliz de renovar un poco la nave. Todo cuesta mucho».
«Me gusta también, eso que vos decís. Me compré una tabla y me metí en Brasil y en Uruguay a hacer surf. Tremendo, me gusta ver en la tele la arena blanca, el agua transparente, las palmeras y grandes olas. Es muy lindo. Ahora sigo una página de surf, además de las que ya sigo de triatlón. En tría siempre estoy aprendiendo técnicas y mejoro las posturas. Métodos de recuperación, la buena alimentación, y esas cosas… Siempre trato de actualizarme y mejorar en algo…».
Guitarrista del rock, y cinéfilo de aquellas películas de Hollywood que relatan aventuras épicas o de las épocas del imperio romano. El se inició en el deporte a través de disciplinas de conjunto, como el fútbol y el volley, durante el colegio secundario. Luego pedestrismo, y finalmente se hizo profe y explotó como un tremendo triatleta. Nunca es tarde para encontrar tu zona de excelencia y tu destino.
Si es verdad, como decía un entrenador, que uno es tan bueno como en su última presentación, este pibe es un deportista de elite. «El Messi de Triatlón de Concordia». Hizo un «descalabro» en el Iron Man 70.3 Lago de Salto Grande 2019. Destruyó la competencia y el cronómetro, manteniendo el gran nivel hasta el final. Se venía venir una buena actuación de «El Fede», pero no así, que se dedico a «pisar gente»…
Sorprendió a todos, hasta a él mismo. Se debía una actuación descollante de esas que te dejan en la historia grande. Que lo define como uno de los triatletas concordienses más grandes de todos los tiempos. Al menos de los de «largo aliento».
LA LEY DEL DEPORTE
