La Ley del Deporte

El tiempo - Tutiempo.net

PEDETRISTA FEDERICO «EL BOCHA» BRUNO EN LA LEY DEL DEPORTE (13/8/20)

El invitado de hoy ya ha hecho historia en el deporte concordiense. Es el tercero de los tres hermanos Bruno. Nicolás, Esteban, y último pero no menos importante, «El Fede». Su madre es médica: Graciela «La Flaca» Aracama. Y su padre es técnico y operador de medios: «Nico» Bruno. Hoy es uno de nuestros emblemas deportivos a nivel nacional. Es entrerriano y por Concordia anda. Corredor de media y larga distancia. Representó a nuestro país en Sudamericanos, Panamericanos, Juegos Olímpicos, Mundiales, y hoy es la máxima figura de la Maratón Internacional de Reyes Ciudad de Concordia, la ganó cinco veces. Viajó por el mundo, pero ama el viejo y querido parque San Carlos. Vive ahí adentro, mirando siempre las ruinas del Castillo. Le damos la bienvenida al inmenso Federico Bruno:

«Hola, Fede, ¿cómo estás? Todo bien. Un poco ansioso para charlar de atletismo o de lo que sea con vos. Estoy muy tranquilo. Respetando la cuarentena. Aproveché para descansar el cuerpo después de diez años de entrenamiento. Hice un poco de ejercicios de fuerza y ahora que se puede troto cuarenta minutos en San Carlos. Todo muy suave. Pero con muchas ganas».

«Nosotros somos de calle Ituzaingó y A del Valle, barrio 9 de Julio. Así que nos criamos en la Plaza España, «La Cuna de la Maratón de Reyes». Ese fue mi primer centro de entrenamientos. Éramos un grupo de corredores que nos juntábamos en la plaza. Ahí ya me daba cuenta de que otros arrancaban más rápido pero luego los iba pasando. Sostenía mi ritmo hasta el final y empecé a ganar carreras».

«Arranqué entrenando con Rubén Anoni, seguí un tiempo con «El Colo» Magallanes, luego con Jorge Veron, también con Alcides Almirón, y hoy mi entrenador es el español «Pepe» Mareca. Quién ha sido el mejor del mundo y es medallista olímpico».

«Corríamos carreras infantiles, en esa época era el Campeonato de los Barrios, en Tiro Federal, Lezca, Pompeya, Carretera La Cruz, San Agustín… también el Campeonato de los Parques, los de la pista… Nos prendíamos en todas. Los fines de semana íbamos a San Carlos donde vivían mis abuelos y ahí se respiraba deportes. En un ambiente sano, hermoso, y natural. Donde hoy vivo yo. Abro la puerta y tengo las colinas y el rio».

«Corría la Maratón de Reyes infantil de mañana y de tarde con el grupo veíamos los 10 K de los adultos y la mirábamos asombrados. Quería un día ser un gran protagonista. Quería eso para mi futuro. Mi ídolo era Gustavo Comba. También estaba Junior Da Silva. Revoleábamos las remeras gritando por él. Mi papá también corría, así que siempre estuve ligado. Lo que es la vida no, a los dieciocho estaba corriendo mi primer 10 K y a la par de esos fenómenos, salí tercero. Mi tiempo fue de 30´ 17″. Ganó Comba con 30´ 00″. En la costanera entramos todos juntos. Yo me quería mostrar. Que me vean».

«En el kilometro cinco llego a Plaza España, donde más me emociono. En ese lugar hacía las pasadas, y ahora pasando primero en la general. Voy muy concentrado escuchando mi cuerpo. Mi pulsaciones, mi respiración, la frecuencia cardíaca, sintiendo el motor. Veo si el otro mira para atrás, si baja el hombro, si respira fuerte, percibo el lenguaje corporal. Entrás en un túnel de sensaciones físicas. Cambiás el aire gastado por el fresco. Ya uno sabe como corre. Tenemos un reloj biológico».

«Cuando estoy tres meses afuera y vuelvo a ver el parque digo… Uf, por fin estoy en casa. Mi lugar. En Concordia y con mi gente. En competición debo estar en el exterior. Pero en preparación voy donde más resultados me dé. Hoy San Carlos es mi campo de concentración. No me importa mucho la mejor pista, el mejor gimnasio y los mejores hoteles si eso no me llevarán a cumplir mis objetivos. Soñé con irme a vivir a Kenia, en una casa de adobe de dos por dos y dedicarme todo el tiempo a entrenar con los más rápidos del mundo».

«En un mundial o juego olímpico gana el más fuerte mentalmente. El que plantea mejor la carrera. La fuerza más grande es la fuerza mental. El que más aguanta y el que más lo quiere, es el que más lo logra. Yo siempre quiero ganar. O mejorar mis marcas. Si vengo cansado pienso que el otro debe venir más agotado todavía. Si se queda, me agrando. Le chupo la energía y me pongo en modo positivo, el ego se levanta, y empiezo a planear el sobrepaso».

«En los Juegos Olímpicos me acalambré por deshidratación y falta de magnesio. Me tiraba el gemelo, los glúteos, los aductores. Nunca pensé en parar. Era la carrera más importante de mi vida y no había lugar para eso. Muchos argentinos gritando, acompañándome por las calles de Río de Janeiro. Abandonar nunca fue una opción».

«Tengo veinte y siete recién cumplidos. Hoy hay campeones de treinta y tres, treinta y cuatro. Hasta los treinta y siete podés llegar a un mundial. Tengo para diez años más. Pero es mejor irme a competir cerca de un centro de alto rendimiento y contagiarme de un ambiente más competitivo. Hablar, pensar, y sentir el atletismo de élite. Acá es más difícil. Podés, pero tenés que ser un monstruo».

«Los días martes, jueves y sábados son intensos. Y los otros regenerativos. Troto suave alrededor de la pista para lavar la sangre y oxigenar el cuerpo. Me pongo hielo, agua fría, elongación. Es un descanso pero activo. Por más que me inviten a correr fuerte no lo hago porque se que al otro día tengo que estar al cien por ciento para correr muchos metros y a ritmo».

«Este año iba a intentar la clasificación olímpica. Ciertos eventos te generan puntuación para poder entrar. Pero cuando el comité canceló oficialmente ya me relajé y no me hice la cabeza. Porque no es bueno estar a pleno cuando no hay un objetivo en breve».

«Quiero ganar un panamericano, un sudamericano, o un juego olímpico. Espero lo mejor para lo que se viene. Voy a prepararme a fondo acá que me gusta, aparte tengo a mis hijas, mi mujer, y toda mi familia. Pero en época de competencias me iré al exterior. Siempre quiero volver a Concordia, a San Carlos, y a la Pista de Atletismo. Es el rincón del planeta donde más feliz soy».

«Quiero agradecer a Citrícola Eca, Distribuidora Bermon, y a Galvani. Ellos son mis sponsors y me ayudan para que todo esto sea posible. Aún en los momentos más difíciles he contado con su apoyo».

Federico «El Bocha» Bruno está viviendo casi dentro de San Carlos. Frente al majestuoso río Uruguay, entre colinas, selva autóctona, parquizado hermoso, y los arenales para fortalecer y jugar con su ilusión olímpica. El lujo de él no es su casa, la pista, el gimnasio, ni un auto de alta gama. El lujo es la familia, los afectos, y esa postal que mira siempre al amanecer. Se siente como en el cielo. En ese paraíso entrerriano que tenemos acá. ¿Donde va a estar mejor que acá? Como todo el sueño de nuestra gente, quiere crecer y crecer. Nadie puede sacarle ese derecho. Y esas ganas de seguir «detonando» relojes».

LA LEY DEL DEPORTE (MATRIX CONTINENTAL 94.9)

Comentarios

Scroll al inicio