La Ley del Deporte

El tiempo - Tutiempo.net

EXPRESAR NUESTROS SENTIMIENTOS (CHARLAS SOBRE CONDUCTAS Y CONSUMOS PROBLEMÁTICOS EN CONCORDIA)

En las charlas de prevención de Consumos Problemáticos hablamos en el Correccional de Menores con chicos detenidos por robos, violaciones y asesinatos. Casi todos, cuando «liquidaron» a un desconocido, o a una abuela, estaban intoxicados con alcohol, drogas, y pastillas.

Se «empastan» para no sentir miedo, ni terror, ni nada, ante el peligro de mandarse «un moco» gigante, que les cambiara la vida para mal y para siempre.

Y, como no sienten nada por ellos, ni por la situación aterradora, tampoco por los demás. Te «achuran» hasta a «King Kong». Son niños con un monstruo dentro. «Satanases de los Infiernos» listos para la «el día final». Y arruinar varias vidas en el proceso, incluida la de ellos mismos.

Cuando están presos sin chumbo ni drogas son chicos tan vulnerables y queribles como cualquiera. ¡Cuando la poli los garrotea… lloran pidiendo por sus vidas!

Por eso es tan importante sentir y transitar sentimientos y emociones sin evitarlos o taparlos con consumos o conductas problemáticas. Sentir y hablar de nuestros sentimientos y pensamientos nos liberará y mejorará.

Sentir y expresar cómo nos sentimos, para mí no fue fácil. Quizás quería sacar todo de adentro, pero lamentablemente no sabía como, ni me animaba. Nos ha pasado a muchos. Es un ejercicio que evitamos «a toda costa», ya ni sabíamos como se hacía, pero a un caro precio.

Universo de Emociones, Eduard Punset, Rafael Bisquerra y PalauGea

Tenemos y debemos decirlos cortésmente para no explotar ni herir al otro. Que la otra persona sea consciente de cómo nos hizo sentir. No «nos hagamos la cabeza» de que si saben de nuestro enojo, bronca, angustia, vergüenza, o miedo; nos harán bullying, nos burlarán, o agretearán. Porque la secuela será que la próxima vez callemos y digamos «todo bien y vos».

Existen maneras de expresar nuestras emociones. La mayor parte de la ansiedad y estrés que sufrimos en nuestra vida está causada por una creencia muy nociva, de creer que es mejor «mordernos la lengua» antes que decir cómo nos sentimos. Así construimos paredes que nos aíslan y nos encarcelan.

Hablemos de nuestros problemas o «mambos». Y no nos escondamos en el closet de nuestro propio infierno. Es natural que sintamos cierto bloqueo para abrirnos, quedar desnudos, da miedo y nadie nos ha enseñado cómo hacerlo.

Nos enseñan lengua, matemáticas, geografía, pero no mucho a expresar nuestras emociones. Se ha dado por supuesto que es algo que tenemos que «traer de fábrica».

Comunicar nuestros sentimientos tiene tres consecuencias importantes: Primero permite que los demás empaticen con nosotros. Las emociones se contagian. Cuando los demás saben cómo nos sentimos, inconscientemente conectarán con nosotros y se pondrán en «nuestro lugar».

Segundo, reduce el malestar. Al expresar nuestras emociones en voz alta les estamos poniendo un nombre y blanqueando honestamente eso que nos pasa. Y es liberador y diluye la presión de tener todo comprimido y escondido adentro.

Y tercero nos volvemos más atractivos. Cuando somos capaces de ponerle nombre a la emoción, nos perciben como alguien más humano, demostramos sensibilidad, honestidad y valentía, sin miedo a ocultar nada. Y eso es muy seductor.

Vivimos en una sociedad que nos presiona tanto para ocultar nuestras emociones, que somos analfabetos en ese sentido. ¿Les suena “no seas tímido” o “deja de llorar”, o «pareces una mariquita»? La mayoría de nosotros hemos acabado reprimiéndolas.

Universo de Emociones, Eduard Punset, Rafael Bisquerra y PalauGea, 2015.

El primer paso para expresar nuestros sentimientos es identificarlos correctamente. A menudo nos sentimos mal, pero no tenemos en claro exactamente de qué manera ni por qué. Cuando sientas una emoción, encuentra un lugar en el que puedas estar tranquilo durante un par de minutos, y cerra los ojos. A continuación, intentá reconocer la emoción básica a la que corresponde de las siete posibles: tristeza, alegría, enfado, asco, miedo, desprecio, o sorpresa.

Aceptar que somos capaces de sentir todo tipo de emociones también aumentará nuestra fortaleza psicológica, y mejorará nuestra capacidad de enfrentarnos a los malos momentos.

Intentar reprimir nuestras emociones negativas, en vez de validarlas, las incrementa. Sus consecuencias van incluso más allá, con estudios que hablan de un aumento en el riesgo de cáncer de un 70%.

Esta es la fase natural a la que se llega después de haber aguantado demasiado tiempo. Pero cuando la única salida para nuestros sentimientos es la explosión, podemos provocar daños irreversibles.

Antes de lanzarte a expresar tus emociones negativas, será útil elegir una persona de confianza y expresarle algún sentimiento positivo que hayas tenido últimamente: “Me siento feliz por empezar a meterme en el mundo de las emociones”. Sí, está relacionado con un comportamiento suyo: «Me sentí acompañado cuando vos te quedaste conmigo después de que cualquiera se hubiese ido».

Hay una serie de verbos sensitivos como “siento”“noto” o “percibo” que no pueden ser rebatidos porque se refieren a mi estado interno, y eso es algo que no se puede discutir.

Aunque en el momento en que expresas tus sentimientos quieras ser escuchado, todo el mundo tiene esa necesidad en las situaciones de alta carga emocional. Y suele ocurrir que, cuando hay una emoción enquistada dentro, se nos olvida que probablemente la otra persona también esté sintiendo algo que quiera expresar.

Universo de Emociones, Eduard Punset, Rafael Bisquerra y PalauGea, 2015.

En mi tratamiento en «El Arte de Volver» había «grupo de sentimientos», donde uno le decía que sentía al otro, por lo que dijo, no dijo, por sus actitudes, hechos, etc. Y el otro tenía que escuchar mirándolo a los ojos, sin posibilidad de defenderse, contradecirlo, o querer ganar en el debate.

Era para aprender a expresar nuestros sentimientos y necesidades, y para saber recibir lo que el otro siente con nuestras actitudes. Dos personas frente a frente, rodeados de todos los otros compañeros y operadores. Es una escena que al principio da miedo y vértigo, pero que nos humaniza y nos enseña mucho.

Para tratar a las personas con respeto, deberíamos reconocer sus sentimientos y tener buenos modales. Cuando alguien habla, hay que escucharlo con atención y no interrumpir. Podemos hablar con alguien y tratarlo con respeto, aunque no estemos de acuerdo con él.

El conocimiento que nos permite capturar y aprender la realidad no es únicamente cognitivo o racional, sino también emocional. Y que son estas, nuestras emociones y nuestros afectos, los que proporcionan una fuente imprescindible de conocimiento para una correcta adaptación a la vida diaria.

Por lo tanto, seremos mucho más inteligentes y estaremos mejor adaptados si conocemos nuestras emociones y sabemos cómo manejarlas constructivamente.

En la vida diaria tomamos decisiones basándonos en una evaluación emocional rápida y no necesariamente consciente de la relación costo-beneficio, de las distintas alternativas. 

Universo de Emociones, Eduard Punset, Rafael Bisquerra y PalauGea, 2015.

No lo haremos adecuadamente si no empezamos por aceptar nuestras emociones negativas intensas que originan tensiones y también las aprendemos a manejar sin rechazarlas. Es importantísimo aprender sobre nuestro mundo emocional porque nos pone en mejor disposición de comprendernos a nosotros mismos, y por ende, a los demás.

Cuando expresamos esas emociones explotando o culpando al otro, no solo aumentará nuestro malestar, sino que provocaremos un profundo distanciamiento.

Aprender a expresar nuestras emociones nos conectará no solo con los demás, sino también con nosotros mismos. Nos servirá para regularlas, reducir su impacto negativo, y crear empatía con las personas que nos rodean.

Es una tarea más que interesante, que nos traerá inolvidables beneficios. Y que nos distanciara de los vicios. Y acuérdense que: «quien no demuestra lo que siente pierde lo que quiere».

Para cualquier camino de recuperación, una clave del proceso es poder sentir y expresar todo aquello que se ha reprimido y que ha llevado a la adicción como un medio de evasión de dichas emociones.

Permítanse llorar, expresar su dolor y sus traumas, puede ser el primer paso para liberarse de todo aquello que le impide vivir la vida que necesitan y se merecen.

Comentarios

Scroll al inicio