La Ley del Deporte

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MOUNTAIN BIKER LUISITO MALARINI EN LA LEY DEL DEPORTE (14/3/19)

Como anda toda la hinchada de La Ley del Deporte 3° Temporada. Como están pasando este martes de cuaresma. Martes 14 de marzo del 2019. Bienvenido a Radio Activa Concordia 98.9  y a la Web WWW.ACTIVACONCORDIA.COM. Acá andamos, bien contentos de tener a un tipo que saluda a todos en la calle y todos lo saludan a él. Es popular, muy querido (algunos no lo quieren mucho igual…) y tremendo deportista. Un animal siempre disponible para el sacrificio y la competencia.

Fue jugador de bochas, de vóley, triatleta, duatleta, y hasta maratonista, pero acá en Concordia y en la zona «lo sacas» más que nada por el Mountain Bike. En el Mountain Bike es mirado y admirado a nivel nacional. Un tipo que pedalea fuerte en el liso y en la montaña. Algo difícil para un «llanero» de Concordia. Incontenible tanto en la humedad como en la aridez, desborda en el monte adentro como en el campo afuera. Aprieta el cuchillo entre los dientes y «mueve la nave» como pocos. Piernas bien macizas y fuertes. Y eso que ya esta medio «madurito»…

Luisito Malarini es conocido por andar bien arriba (en el ambiente se hace referencia al final de las carreras largas, luego de la hora u hora y media). Cuando la mayoría empieza a «boquear como pescado en la orilla», es ahí donde él se agranda y no se cae. Es más, se comenta que empieza a verse lo mejor de él, tanto en lo físico, en lo técnico, como en lo anímico. Y es ahí donde cansa, estresa, hace sufrir mucho a la banda, y finalmente «le roba el alma» de competencia a sus rivales de turno. Mantiene el ritmo «parejito». Un mountain biker sin durabilidad es casi como no ser nada…

Vamos a darle la muy bienvenida en nombre del operador técnico Diego Gómez y quien les habla Federico Muller a un deportista que le gusta hacer deportes, viajar con su bicicleta y con su novia al lado, laburar a dos manos con los gurises de “la contru”, ser generoso con sus amigos, los conocidos. Es un tipo que ofrece su corazón. Sabe brindar sus conocimientos, su trabajo áspero, su generosidad y gran dignidad a los otros. Éste está más en la calle que en la casa de él. Nos costó encerrarlo en los estudios de Activa 98.9. Es un hijo de la calle y ahora nos va a contar porque. De las crisis siempre sale fortalecido.  Un resiliente que nos cuenta sus secretos. Basta de preámbulos y bienvenido a La Ley del Deporte Luisito Malarini:

«Yo soy del barrio Vélez Sarsfield. Frente a la escuela. Papá trabajaba en un banco. Mi viejo murió cuando yo tenía dos años (ahí casi que quiebra, me advierte y aclara que es muy sensible). Mi mamá fue padre y madre a la vez. Era y aún lo hoy es, una excelente cocinera. Ella cocinaba para los ferroviarios que venían a trabajar a Concordia y nosotros le hacíamos el reparto y el cobro. Tiene como noventa años y me sigue cocinando todos los días de su vida (se ríe fácil el hombre de la historia de hoy). Pastel de carne y papas, milanesas… Mira Master Chef y corrige a los cocineros. Esto va así, asá (se ríe). Si no paso por la vianda ella se ofende. Tengo cuatro hermanos que amo con locura. Somos muy unidos».

«Yo me la pasaba en el club Rio Uruguay jugando a las bochas con los más grandes. Y escuchando historias de gente adulta. Me apasionaba estar ahí y compartir con ellos. Fui muy buen jugador de bochas. Jugaba en el club de mi barrio, pero también iba al Locomotora, al Defensores de Pompeya, Ferro…  Es un deporte de «viejos» donde yo encontraba referentes adultos hombres. Un reflejo donde apoyarme, que me faltaba en casa porque cuando muere papa yo todavía era muy chico. A los Malarini nos cuidaban y contenían porque conocían de nuestra situación (No puede esconder su angustia tras esos gruesos anteojos negros. ¡Ni aunque quiera!)«. 

«Hice la secundaria en Técnica, era muy buen alumno. Me gustaba escuchar y prestar atención. Trabajaba de dibujante en un estudio de Arquitectura y luego en otro de Ingeniería. Siempre me gustaron los trabajos rústicos, la construcción. Soy plomero, cañero, fontanista, sanitarista o como vos quieras llamarlo. Me encanta mi trabajo y poder darle trabajo a mis empleados que son todos hermanos, y nos queremos muchísimos («Los Hermanos Espíndola»). Los quiero un montón a todos esos gurises. El trabajo te da mucha dignidad. Siempre paso por construcciones hechas por nosotros que me enorgullecen y me llenan el corazón de alegría. Me encanta trabajar».

«Hicimos carrozas con las chicas de Mitre. Ahí me enamore y me puse de novio con quien iba a ser mi futura esposa: Nancy Coduri. Ella era muy linda chica y una excelente persona. Nos casamos cuando teníamos 22 años en la Gruta de Lourdes. Ella se enfermo de depresión con 26. Estuvimos peleándola todos los días durante seis años pero tuvimos un desenlace fatal y muy triste. Enviudé. Hicimos lo humanamente posible pero ella se suicidó. Tuvimos que vivir mucho tiempo una situación que no era la esperada, y para la que obviamente no estábamos preparados. No me guarde nada, hice todo lo que pude y toda su familia también para que se sienta mejor. Hoy duermo muy tranquilo, no tengo ningún cargo de conciencia, Lobo».

«Hice la colimba y me formo mucho como persona. Aprendí que hay superiores y que no hay que faltarles el respeto. Escuchar y aprender.  Hacerle caso a un régimen, a las leyes… Y respetar a los que están arriba tuyo y a tus compañeros. Yo cumplía y trataba de hacer cumplir nuestras normas en el Regimiento. Reforcé la responsabilidad y el esfuerzo. En una sociedad civilizada tenes que cumplir con ciertas obligaciones de convivencia, porque sino todo seria imposible y muy caótico Lobito».

«Hice vóley, triatlón, duatlón y pedestrismo, pero luego de lo que le paso con Nancy me aferre muchísimo a la bicicleta. Canalice gracias a Dios por ahí. Me apasiona, la amo. Pedaleo en campos, quintas, montañas. Río solo, lloro solo andando… Si me vieran de afuera pensarían que uno está loco. Jajaja. Gane Rio Pinto en mi categoría y la Transmontaña en postas con Tote (profesor de Educación Física Héctor «Tote» Amengual). Son de las carreras más populares de Sudamerica. Que compiten miles y miles de ciclistas de todas lados. Es como la Maratón de Reyes pero en vez de que haya 5000 personas, acá tenes 5.000 personas más sus bicicletas. Gane cuatro San Antonio de Padua de ciclismo. Hoy entreno y compito porque es una pasión. En su momento fue una necesidad. Un cable a tierra que me salvó la vida».

«Viajo todos los fines de semana con mi novia, quien empezó a hacer lo mismo que yo. Cargamos las bicicletas, el mate, y salimos a pasear o a competir donde haya una carrera y amigos. Muchas veces en el Uruguay, donde tengo grandes amigos que me dio el deporte. Soy millonario por la familia y por los amigos que tengo. Soy rico en afectos. Me gusta mucho juntarme con gente más joven porque es la única manera de mantenerme vigente. Ellos me contagian su juventud y me dan más ganas de vivir. Y yo les ofrezco mis conocimientos, y también creo que se sienten muy bien conmigo… (se ríe)».

LA LEY DEL DEPORTE (JUEVES 20 HS ACTIVA 98.9 Y WWW.ACTIVACONCORDIA.COM).

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