La Ley del Deporte

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CICLISTAS COSME Y REMIGIO SAAVEDRA EN LA LEY DEL DEPORTE (5/12/17)

Cuenta la historia oficial, que un bebe llamado Cosme Saavedra nació un 1 de octubre de 1901 en Godoy Cruz, provincia de Mendoza, que era el mayor de diez hermanos. Como no podía ser de muchas otras maneras, desde chiquito ya arrancó a trabajar en una bodega de la zona. Iba en bicicleta, laburaba de sol a sol, y volvía pedaleando. Soñando, como buen mendocino, con ser boxeador.

Una tarde de 1922 se enteró por algún «informante» que había una carrera en San Rafael y arrancó para allá. No ganó, pero jamás se bajó de la nave. Salvo cuando un terrible accidente de tránsito lo tuvo afuera del circuito. Sin embargo, en cuando pudo retomar, volvió al ruedo…

Cosme Saavedra fue Campeón del Río de la Plata y nuestro representante olímpico en París 1924. Sobre el final de esa década ganó cinco veces la Rosario-Santa Fe, ciudades separadas por 160 km. Los pasaba por arriba a todos. Como en una moto.

Además, fue campeón argentino de velocidad en los años 1926, 1931 y 1933. Después nos representó también en los juegos de Ámsterdam 1928, y en el Mundial de Budapest, donde finalizó sexto. Fue un monstruo en la bicicleta. El primer gran héroe nacional. Había que pisar la nave a todo lo que da en bicis más precarias y rutas de tierra y pozos. Y sin el actual equipamiento deportivo. Eran unos «jugados» y «curtidos» por decir poco.

Su hermano menor, Remigio Saavedra, nació el 1 de octubre de 1911, y fue el quinto de los diez hermanos que tuvo su mamá. Devoto de su hermano mayor «El Cosme», quien era su referente, su ídolo. Siempre supo que iba a seguir sus pasos, al menos «darle el intento».

Trabajó desde lustrabotas hasta canillitas. Luego se percibió que su dominio de la «bici» era sorprendente. Remigio comenzó a correr a los 14 años, y al año siguiente descollaba en todos lados, ya era «Recordman» sudamericano. Había aprendido a pedalear casi antes que a caminar.

Remigio ganó casi todo: la Doble Cañuelas, la Buenos Aires-Mar del Plata, la Doble Chivilcoy, la Buenos Aires-Rosario y es ganador de la Rosario-Santa Fe. Una bestia no lo podían aguantar. Ganó más de 300 carreras, alrededor de 100 en rutas y 200 en pistas.

Remigio fue ídolo de multitudes en los años 30. Uno de los ídolos populares de esa década. Sonrisa taquillera, afectuosa, tipo entrador. Muy querible. Había que pedalear, ganar, y también gustar. El 13 de noviembre de 1943 demostró que era posible unir pedaleando, sin parar ni para echarse uno, la ciudad de Mendoza con la de Buenos Aires. Saltó al estrellato, a los cielos de la gloria… Como un loco lindo y de espíritu inquebrantable.

Un 5 de diciembre de 1981, con 70 pirulos de edad y 38 años más tarde de aquella «locura», repitió la epopeya en casi veinte horas sin parar. Hay que tener la cabeza muy dura para no bajarse… Transpirando como «chorizo en la aguantera», en su gran «Lucha Contra el Tabaquismo». Su «estrella» seguía tan prendida y brillante como siempre. El se burló de su reloj biológico, de los de arena, y hasta de los modernos Garmin. Los «detono» a todos.

En homenaje a Remigio Saavedra y a esa demostración de determinación, vigencia y amor por el deporte, el 5 de diciembre fue declarado el Día del Ciclista Argentino. A todos y cada uno de ellos, a los buenos, los muy buenos, y a los «entusiastas»… Pedaleando, en el sol, en el diluvio, a través de fuertes vientos, a la noche, con calor, con frío, trancado o envueltado, en el llano o en la montaña, con los muchachos o en las más silenciosa de las soledades. No obstante, disfrutando y mucho del momento presente y la libertad.

Hoy en «La Ley Del Deporte», homenaje a «Los Hermanos Saavedra»: Cosme y Remigio Saavedra. Hombres que hicieron la historia más grande en nuestro país. Y que por eso son «Los Padres del Ciclismo Argentino».

LA LEY DEL DEPORTE

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