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FELIZ CUMPLEAÑOS A UNA VIEJA PASIÓN ARGENTINA: «LA RADIO»

El 27 de agosto de 1920 nacía la radio argentina. Fruto de un grupo de estudiantes conocidos en la historia como «Los Locos de la Azotea». Una pasión que tuvo por décadas a la ficción de los radio teatros como el gran entretenimiento de las familias argentinas y una cuna de grandes estrellas.

Hoy la radio está más vigente que nunca adaptándose a los avances tecnológicos y a la llegada de nuevos medios digitales. La radio empezó a difundir información, programas musicales y culturales en vivo. Con los años, cada pueblo de la Argentina experimentó el placer de la radiodifusión. Así que se llenó de radios. Todas eran AM.

A partir de la década del 40 la radio vivió una época gloriosa. Las programaciones contaban con las grandes estrellas de la música. Los ciclos de radioteatro paralizaban la vida cotidiana argentina, y los animadores se convertían en verdaderos ídolos populares.

El 9 de julio de 1945 se inauguró en Concordia oficialmente la querida Radio LT 15, por don Jaime Yankelevich. Un emprendimiento de una inversión insospechada para la época. Fue instalada en uno de los más hermosos edificios de la zona del centro de Concordia: La Rioja 622 y 1 de Mayo. Hoy propiedad del Centro de Industria y Comercio. Y la torre estaba en Juan B. Justo y La Rioja.

Dicen que las más populares voces de los primeros años fueron las de Sara Neira, Bernardo Grinberg, Rubén Aldao, Emilio Chard, Hugo Sigal, Oscar Bordazar, Enrique Delcustode, Pedro Pablo Asbo, «Lala» Barés, y Luis Solano. Recuerdo un clásico con Osvaldo Mafeis llamado «Entre Mate y Mate». Un amigo me dijo que debemos nombrar a otros personajes que quedaron en la memoria como «El Viejo» Porcheto, Beatriz Abalo, Diana Aba, Vicky Schuerman, Elsa Raya, y Mara Marchesi. Y, porque no, a las más recientes como Estela Leonardeli, Verónica De Lima, Teresita Malaisi, y Alma Torres.

En LT 15 hubo folclore, tango, jazz, bolero, samba, pop, mambo, rock, y muchos otros géneros musicales más. Conducidos por locutores, periodistas, y por músicos con condiciones de expresión. Había poco acceso a institutos y universidades de comunicación social. De manera que los profesionales se hacían trabajando, con la fuerza de la condición natural, y de la necesaria pasión.

Hoy la radio es parte de nuestra comunidad como la escuela y el hospital. Es una institución más. Recibe mensajes de zonas rurales o fronterizas agradeciendo el contenido diario, o mandando un mensaje a un familiar urgente. Un clásico como «Correo del Campo» no nos deja mentir. Fue un buen ejemplo del poder comunicacional que tuvo la radio entre los hombres de campo. Y que aún se sostiene diariamente en muchas radios del interior.

El relato deportivo ocupa un lugar eterno en el corazón de nuestra gente. Los momentos de mayor felicidad tienen que ver con la conexión con la voz del relator y los grandes hitos de nuestro deporte. Está en la esencia propia de una radio. «El Viejo» Porcheto, Héctor Heraldo «El Huevo» Bradanini, Emilio Scarinci, Héctor Noblega, «El Verga» Arispe y Ángel Leoncio Cardozo fueron los nombres que más nos hicieron «tiritar» de emoción, con la radio pegada al oído, en ese «paso a paso» de los hechos. Hoy relata Jorge Brilla y comenta Alejandro Martínez y lo hacen muy bien.

Gente de mirar, procesar y comunicar todo a la vez, y en «quinta a fondo». A través de la radio, el deporte sirvió para distender, emocionar, unir, y polemizar. La radio supo tener en vilo a los muchachos y contarles todo lo que sucede en un estadio, hasta sentir que estabas dentro del campo de juego.

En ese laberinto de voces, el manejo de la operación técnica fue esencial. Ser operador significaba ser el armador de un programa. Un Fermín Jeandet o un Abraham González tenían la rapidez mental y el buen gusto como para poder combinar las cortinas, la música, la publicidad, y todas las voces del estudio «a la carrera». Gente de consola que resuelve en el momento. Y de adivinar la jugada del emisor. Lo sospechan. Porque ya lo veían venir… Hoy Ángel Bone y Nicolás Bruno son de los que tienen mayor durabilidad como técnicos.

La cobertura de los periodistas de exteriores siempre fue una herramienta indispensable, que complementó el trabajo de estudio. El movilero ha sido el ojo de la radio. Es quien está en contacto directo con los sucesos.
La radio tiene en su ADN un estricto bajo perfil. No ostenta, camina segura de sus valores, esos que ningún otro medio tiene. Misteriosa. Seductora. Secreta.
El periodista de televisión presenta la imagen editada, «da paso» a lo que viene y punto. El de radio habla de todo y con todos. No es pura imagen y vacía de contenido como hoy se ve mucho en las pantallas, y en las diferentes redes sociales. La radio es y será la gran dama de la comunicación.
Y un buen periodista que se precie de tal, tiene que haber pasado por una. Con honestidad, pluralidad, sacrificio, labia, y la capacidad innata de hacerse sentir. Y, obviamente, de hacerse querer. Feliz cumpleaños en tu día. Amiguita que dios te bendiga. Y ojalá que cumplas muchos más.

MATRIX CONTINENTAL 94.9 «GENTE DE RADIO»

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